Es increíble ver, que aunque el tiempo pasa, y las cosas evolucionan, tenemos un país que continúa en el mismo estanque económico de hace 50 años, pero en esta ocasión, enfrentándose a diario ante situaciones que nos sirven como prueba ética y moral; entre lo que es correcto y lo que es permisivo.
Lo percibo a diario, en la actitud de muchos puertorriqueños que prefieren callar para evitar la confrontación en perjuicio de su futuro. Lo veo en la persona de edad avanzada, que ante la impotencia de lo que ocurre, fundamenta sus esperanzas en aquellos con voluntad y fuerza, para denunciar el atropello. Lo veo en los políticos, que anhelando cambiar el destino de un pueblo, son transformados en un pueblo con un destino incierto.
Bien lo escribió el Dr. Manuel Zeno Gandía en su magistral obra literaria La Charca, “Jamás sobre la piedra nació el rosal y jamás sobre el organismo degenerado y enfermo de un pueblo se produjo con todo su esplendor la civilización. Sobre cuerpo agobiado, no reacciona vida lozana.”
Nuestros gobernantes y líderes tienen la gran responsabilidad de intentar, dentro de este sistema colonial en que vivimos, de al menos ofrecernos algo de esperanza.
Aunque como sociedad experimentamos momentos económicos, muy complicados, debemos aprovechar estos días para reflexionar sobre nuestro presente, tomando en consideración nuestro pasado y poder así, delinear nuestro futuro.
Levantarse no sólo requiere de esfuerzo, sino también de la voluntad de hacer, y poder así, afrontar las adversidades con firmeza, para finalmente, salir de la Charca en donde vivimos.
Gobernador, legisladores, jefes de agencia, enfrentar nuestra realidad civil no es tarea fácil, de hecho, nunca lo ha sido. Sin embargo, tener una sociedad enferma y subyugada a la merced de un color de partido, tampoco es bueno.
Mañana se celebra el día de Acción de Gracias, y para aquellos que así lo guardan, comparta en familia, medite en aquellas cosas que realmente le dan valor a usted como líder de gobierno, como persona y como puertorriqueño. Hágase un compromiso con usted mismo, y luego, con el porvenir de esta y futuras generaciones en la isla.
Yo profeso un país que cree en sí mismo y en sus capacidades; en un país con la voluntad y el deseo de regenerarse.
La fuerza del huracán María, la operación del gobierno, la falta de energía eléctrica y agua, y las decisiones del Congreso nos alteraron el hoy, pero oiga, Jamás trastocaron nuestro espíritu.
Creyendo en que un mejor Puerto Rico es posible, piense usted, desde su propia, perspectiva.